Foto de Giuliano Grittini
Soy una mujer
(a Salvatore Quasimodo)
Soy una mujer que desespera
que no encuentra paz nunca en ningún lugar,
a la que la gente desprecia, a la que los paseantes
miran con despecho y con furor;
soy un alma colgando de una cruz
pisoteada, burlada, escupida:
me han quedado sólo los ojos
que yo elevo al cielo a Ti gritando:
¡quítame del regazo cada suspiro!
En las fervientes uñas del dolor
Si el dolor me embiste y me retiene
en sus fervientes uñas
y agotada siento que me asola
por una horrible zancada
que me arrastra y me derrumba toda,
gimo porque soy débil, de arcilla
mas presionando el labio ya me crece
dentro no sé qué orgullo sin mesura
por la muerte aparente, de una fibra
de demonio o de ángel estoy hecha...
16
Quizás se necesita ser mordidos
por una abeja venenosa
para mandar mensajes
y rogarle a las piedras
que te manden luz;
por esto yo descendí
a los jardines del manicomio,
por esto de noche saltaba
los recintos prohibidos
y robaba todas las rosas
y después...
antes de morir a mi día
o noche, o larga noche
de soledad ausente,
o devastados jardines
donde yo sola vivía
porque mañana estaría
muerta todavía de horror
pero la noche, oh la noche
en los jardines del manicomio
a veces yo hacía el amor
con un desesperado como yo
en una gruta de horror.
Versión al español de Roberto Martínez Bachrich
Tomados de http://www.elcautivo.org/
No comments:
Post a Comment