Invocación a nuestro Querido Mundo, de Karin Aldrey

Querido Mundo, tengo una amiga que he ido a visitar esta noche con mi apreciable Manny López. La amiga en cuestión será sometida a una cirugía pasado mañana. Su nombre es Elena Tamargo, una excelente poeta, un gran ser humano, una hermosa mujer, una hermana.

Querido Mundo, quiero que todos tus hijos recen por ella, que eleven plegarias a sus ángeles guardianes para que todo salga bien y regrese a esas noches memorables de poesías y compañías entrañables. Dicen que los que piden finalmente son escuchados y complacidos... podrías, por favor, hablar en voz alta y unirte a nuestra propia voz? También dicen que cuando las mentes se sincronizan en un deseo, es concedido... podrías, por favor, enfocar tu mente hacia las nuestras y así impulsar nuestro pedido de salud para nuestra amiga? No es mucho lo que pido, sólo amor en nombre de la amistad.

Querido Mundo, hay muchas historias que fueron escritas en la soledad de los tiempos y luego fueron leídas en el silencio de tus caminos, a veces tortuosos, a veces iluminados; todas ellas nos aportaron enseñanzas, nos legaron extraordinarios mensajes de humanidad, nos abrieron los ojos para que pudieramos descubrir las increíbles posibilidades de crecimiento interior, de espiritualidad y aprendizaje. Por eso, Querido Mundo, recurro a tu historia, no la de las guerras, la ignorancia, las envidias o la ceguera, sino a esas otras que lograron de nosotros las mejores iniciativas. Deseo que todos tus hijos, Querido Mundo, mañana enciendan una vela para Elena, por Elena, y que tu luz alumbre su regazo.