Pedro Mendizábal: pintor de sueños interiores

Gracias a Elena Iglesias por este articulo sobre Pedro Mendizábal y su pintura publicado hoy en El Nuevo Herald.
En la foto, "El Peso de la Fe", oleo en canvas, 48 x 36.

ARTE
Pedro Mendizábal: pintor de sueños interiores
By ELENA IGLESIAS
Especial/El Nuevo Herald

Hace un año llegó de La Habana Vieja donde vivió siempre y aunque tenía la Catedral a tres cuadras, nunca la pintó. ``Eso es muy comercial, es arte para turistas, o para gente que prefiere lo de afuera no lo de adentro. Yo prefiero lo interior, lo que se siente de La Habana Vieja, dice Pedro Mendizábal (Piki), pintor de 26 años, quien le agradece a Caitlin Ezell Waugh, una artista norteamericana, que lo ayudara a salir de Cuba. Ahora vive con una familia amiga que lo deja pintar en la sala y que gracias a ella ha podido hacer esta exposición en Zu Galería.

Mendizábal empezó a pintar profesionalmente a los 19 años, cuando comenzó a visitar la casa del paisajista cubano Esteban Machado, a quien considera su primer maestro. ''El me ayudó a perderle el miedo al lienzo en blanco. Después de nueve meses, empecé a trabajar por mi cuenta, con el apoyo de mis padres. Eramos muy pobres, pero muy queridos y nos ayudaban muchas personas en ese mundo donde crecí'', dice Mendizábal que vivía y pintaba en el solar El cuatro de La Habana Vieja.

''Se está cayendo, pero si tienes fe puedes encontrar luz también allí. No siempre es sombra lo que hay dentro como piensa mucha gente'', agrega.

Después de su experiencia con Machado, el pintor entró al taller de David Isaías para prepararse a tomar las pruebas de San Alejandro, donde fue aceptado en el 2006, cuando se presentó a los exámenes por segunda vez. ''Fue un momento en que se profundizó mi pintura porque, paralelo a mi entrada en la escuela de arte, conocí al poeta y pintor Nicolás Alayo y tomé clases con José Baró, pintor de 84 años, quien me dio secretos y técnicas de la etapa vanguardista de los años 40. Alayo me enseñó el sentimiento por el arte, lo que sale de adentro que te ayuda a dar los colores. Me enseñó que no hay imposibles para el arte. Mucho de mi trabajo actual se lo debo a ellos dos'', dice Mendizábal.

''A veces siento como si fuera un instrumento de mi espíritu. Estoy haciendo un cuadro y simplemente me dejo llevar por mis instintos. Siento que es amor, pero hay que alimentarlo con conocimientos. Hay que vivir para hacer arte, para aprender. Para mí el arte es mostrar lo que tenemos dentro, algo que a lo mejor no es de este mundo'', reflexiona.

Esta es su primera exposición personal. Y considera que Cubano, levántate y anda es una de sus mejores piezas. ''Eso les dice la Virgen a los tres Juanes, que en este caso representan a todos los cubanos: `pídeme salud y fuerza, pero tú debes librar tu batalla'''. Según Mendizábal, los edificios destruidos que se ven en muchos de sus cuadros alejándose por el mar es el precio que hay que pagar por la felicidad. ``Esos edificios representan a las familias cubanas que emigran corriendo el riesgo de morir. Es el precio que se paga por buscar un poco de luz cálida. Los límites llegan hasta el horizonte; de allí en adelante empiezan los sueños'',

asegura.

Cuando salí de La Habana es una obra que simboliza su última mirada a Cuba; en ella hay nostalgia y dolor. ''Dejé destrucción, un lugar sin esperanza'', recuerda, ''pero Días de gloria representa el descanso que hemos tenido al llegar aquí, al cumplir el objetivo de cruzar esa frontera y poder realizar los sueños'', explica.

Según Mendizábal, muchos lo consideran surrealista, pero él prefiere calificar su arte solamente como ''de adentro'', donde hay desesperanza pero donde también se logran cosas bellas. ''Yo encuentro belleza en esos solares, les saco la esperanza, la luz, la fe. Eso es lo importante. No sólo se debe lamentar la destrucción, que en mí ha alimentado los colores. El cuarto donde vivía era muy pequeño, pero para mí era un mundo inmenso. Pintaba de madrugada porque por el día siempre se me llenaba de gente buscando desahogarse o aprender. Mi mundo era espectacular. Había pobreza; tenía hambre muchas veces; iba a San Alejandro con unos tenis rotos, pero vivía para el arte y era feliz. Tengo fe en la vida, en las personas. Todo está dentro de nosotros. Simplemente cierras los ojos y allí lo puedes encontrar todo. No hay imposibles. Eso es lo que muestra mi trabajo''. •

'Sueños en libertad', Pedro Mendizábal. Zu Galería. 2248 SW Calle 8. 786-443-5872. Hasta el 10 de Julio.