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Welcome to my blog! Sometimes, I write in Spanish, others in English, but basically this is my daily diary of sorts. Los invito a mi blog, que es como un diário de mis eventos y escritos que a veces son en español, y a veces en inglés...

Saturday, March 6, 2010

Crónica de un viaje por Elena Iglesias






Mi amiga la escritora y periodista Elena Iglesias regreso a Cuba después de 40 años. Hace unos dias me envio esta carta que hizo a su regreso. Me parecio que estaba a su lado, silente en este viaje de regreso a la semilla. Pienso que el dia que me pase a mi, será algo parecido. Aqui les dejo su carta, y algunas fotos que Elena tomó.


Queridos amigos:

Se me había olvidado lo linda que era La Habana. El malecón me dio un recibimiento apoteósico, con olas encrespadas y un frío intenso. Sentí una alegría inmensa: ¡no podía creer que estaba en Cuba después de 40 años!

Lo primero que hice fue ir a mi casa del Vedado, en la esquina de 13 y L. El edificio de 5 pisos que fue de mi padre estaba pintado. Yo había recibido una foto hace 10 años en que aparecía en muy mal estado, pero lo mejoraron, gracias a la reconstrucción de un policlínico que está en los bajos (lo que antes fuera la consulta de mi papá). Decidí tocar a la puerta; total, no tenía nada que perder. Al señor que salió le dije que yo había vivido allí, que si me dejaba entrar a ver la casa. Me dijo que pasara, lo vi todo y saque muchas fotos, hasta de la pareja que ahora la habita. Tienen bonito el apartamento, bien cuidado, pero lo han dividido en 2 para tener otro espacio que poder rentar. Los ventanales de cristal desaparecieron por los huracanes y los suplantaron por ventanas normales; los muebles son los mismos que dejé, pero tapizados de nuevo. Los dueños actuales sabían la historia de nuestra familia y del edificio, me dieron datos específicos sobre mi padre. Eso me sorprendió mucho.

Después recorrí el Vedado. Está totalmente destruido, igual que Centro Habana y la Habana Vieja, menos las partes que ha reconstruido Eusebio Leal. Las mansiones de la Quinta Avenida y el Country Club (Siboney), con el laguito, están intactas. Se ve que allí viven los altos jerarcas del Partido y los diplomáticos extranjeros. Sin embargo, las otras calles de Miramar y Marianao están igualmente arruinadas.

Campoamor dijo hace muchos años que “en este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. A través de mi cristal vi gente maravillosa, cariñosa y servicial. Eso fue lo que más me gustó del viaje: la gente. Hay sus excepciones, desde luego, que confirman la regla. No sólo la familia que fui a visitar y 2 viejos amigos con los que hablé, sino la mayoría de la gente por la calle y en las pocas tiendas que visité, eran muy agradables. Los artistas del Taller de Grabado Portocarrero y otro taller de grabados que hay a un costado de la catedral fueron muy atentos, respetuosos y amigables. En Santiago me quedé en una casa particular de ésas que alquilan cuartos. El muchacho que corría con la casa era a la vez cocinero, mozo de limpieza y espiritista. Me hizo una lectura “empírica” y gratuita muy simpática.

Otra cosa: todo el mundo te habla de las carencias que hay, de los malos servicios, de que no se encuentra nada, pero nadie te habla de política en sí. Cuando haces algún comentario, se quedan callados o sonríen. Mi impresión fue que están resignados a vivir bajo ese régimen, sin ninguna expectativa de que las cosas cambien y con la única esperanza de irse del país o “resolver” con lo que hay.

Para quienes no lo saben, en Cuba circulan dos monedas: la nacional (el peso cubano en el que se pagan los sueldos) y la moneda convertible (los cuc o “chavitos”) con la que los turistas consiguen de todo. Por cada dólar te dan 80 chavitos. Para que se den una idea del abismo que hay entre el cubano y el extranjero, un sueldo de 500 pesos al mes, es equivalente a 20 chavitos. Y un galón de pintura cuesta 10.50 cuc, una olla 65 cuc y una estufa (de las que había aquí hace 20 años) 250 cuc. Imposible vivir con esos sueldos; la gente que puede resolver mejor es la que recibe dinero de sus familiares de aquí, porque puede entonces comprar con moneda convertible. Casi nada se encuentra con pesos cubanos y lo poco que hay es de muy mala calidad. Los médicos, que tienen los sueldos más altos, ganan alrededor de 900 pesos cubanos (40 cuc aproximadamente). Me dijeron que ahora atienden mejor al que le lleva “regalos” y que los hospitales están muy sucios. Eso no lo vi de primera mano.
También fui a la playa de mi niñez, la Veneciana. Parece un pueblo fantasma. Las 40 casas que la constituían están clausuradas o destruidas, incluyendo la mía. Allí no llega transporte público. Tienes que ir en taxi o en carro particular (un lujo). Y para acentuar el surrealismo, en medio de esa desolación, hay un restaurante muy bueno en el que almorcé y donde había 2 parejas de turistas alemanes comiendo. Pero la playa la encontré tan bella como siempre. Eso si, en La Habana y en Santiago hay hordas de turistas europeos y canadienses por todas partes.

En el litoral de la Habana del Este están buscando petróleo; se ven los equipos por todas partes. Tarará está cerrada. Allí han hecho edificios para los estudiantes chinos de medicina y hay una escuela de medicina en la playa. Dicen que es un lugar peligroso, porque los chinos –al verse aislados- han hecho pandillas que se pelean continuamente.

Lo que más me gustó de la capital fue la Habana Vieja, con sus vitrales, sus plazas y su arquitectura colonial (donde me quedé en un convento de monjas) y Santiago de Cuba. La capital oriental está en mejores condiciones que La Habana y hay conjuntos típicos tocando en todos los parques. Me habían dicho que había mucha prostitucion, pero no la vi, quizás porque no salí de noche. La única jinetera que me encontré fue cuando llegué a la terminal de la Habana desde Santiago: una mulatica muy bonita que se iba para Varadero con un viejo italiano. Eso si, en Punta Gorda, a la amiga cubana que iba conmigo, no la dejaron montarse en la lancha para dar una vuelta por la bahía, parece que temen que la gente se vaya.

Por cierto, la otra cara de la destrucción es la cultura. Por una parte, todo lo que es práctico y hace la vida fácil, no existe o está deteriorado (no hay papel higiénico, se va la luz, no funcionan los ascensores, no hay agua corriente en muchos baños, no hay agua caliente (me calentaron un cubo con agua para que me bañara la noche que dormí en casa de mis amigos), no hay productos de limpieza y la comida es muy escasa). Pero por otra parte, las artes plásticas, la escultura, la artesanía, la música (popular y clásica) y la literatura (fui a la feria del libro) están florecientes. Fui a un concierto de música clásica en el Amadeo Roldan (antiguo Auditorio) que fue una preciosidad y el 70% por ciento de los músicos eran muy jóvenes, en sus 20 anos.

En Santiago lo que más disfruté fue el Museo Bacardí y la Casa de Diego Velázquez. Son dos joyas y están totalmente restauradas. El cementerio Santa Ifigenia no tiene las esculturas espectaculares del Cementerio Colón de La Habana, pero está lleno de historia. Allí están los restos de Martí en un panteón muy lindo, hecho a imagen y semejanza de sus versos, y cada media hora hay un cambio de guardia muy emocionante. Están también los restos de todos los Maceos (menos Antonio), de Mariana Grajales, de Céspedes y de Frank País, ñico Saquito y Compay Segundo, entre otros.

Mi visita al Cobre fue muy especial. Era algo que quería hacer antes de morirme. Todos los aviones estaban llenos, así que me fui en unos autobuses chinos que estaban muy cómodos: 12 horas de viaje de ida y vuelta. Llegué con la espalda destrozada, pero no me arrepiento. No sé qué me pasó cuando mire el altar de la Virgen. Empecé a llorar y a llorar y no podía parar. Tuve que sentarme un rato con los ojos cerrados hasta que pude calmarme. No me esperaba algo así, que ni siquiera me sucedió cuando visité mis casas. Creo que la Virgen me hizo una limpieza emocional completa y profunda. Me siento totalmente reconciliada con Cuba, con mi pasado y con mi presente. Los caminos de Dios no son nuestros caminos…

Quiero por último hablar de Matanzas. Cárdenas es un pueblo encantador, donde di una vuelta en coche. Varadero me desilusionó. La playa sigue siendo muy linda, por supuesto, pero la arena no es el polvo blanco que yo recordaba. Es una arena común y corriente, como la de Miami Beach. La causa puede ser que en estos 50 años han tenido que echar arena regular muchas veces para que el mar no se coma el litoral (como está pasando en la Veneciana) y poder mantener el turismo de los hoteles. Por cierto, el 90% de los hoteles nuevos que han hecho los europeos allí son horrorosos. Los encontré de muy mal gusto, aunque grandes y me imagino que cómodos. Las casas victorianas de madera del pueblo han desaparecido, cuando las pudieron haber restaurado. Eran sitios que recordaban rincones de Cayo Hueso.

Fui también a Artemisa, con una amiga muy querida, que está haciendo una obra lindísima con la ayuda de su parroquia de Miami. Están restaurando iglesitas de pueblo en muy mal estado. Las vi con mis propios ojos en Pijirigua y en Las Calles. Otra cosa, conocí en La Habana al padre Gilberto, un cura americano “aplatanao”, que habla español mejor que cualquiera de nosotros. Además de hacer mil cosas, está a cargo del grupo de oración centrante (centering prayer) que hay en La Habana. Es conmovedor ver como hay mucha gente interesada en la oración contemplativa en Cuba, inclusive una de las hermanas de Fidel.

Pinar del Río, Las Villas y Camagüey quedaron para un próximo viaje.

Este recuento no pretende ser ni exhaustivo ni verdadero. Es solamente mi percepción de las cosas, a través de mi cristal muy personal.

Los quiere mucho,
Elena
3/2/2010

Fotos: (De abajo hacia arriba) Carteles en el Cobre, Virgen de la Caridad del Cobre, Restos de Marti, Vista de Regla, y Vitral en la Habana Vieja.

2 comments:

Jose said...

Maravilloso testimonio... Ojalá pronto todos podáis regresar, de visita o para quedaros... Estoy seguro que así será...

Una palabra para enmarcar: reconciliación...

Buenos días...

Manny Lopez said...

Gracias Jose por tus palabras tan lindas... asi es.. es hora ya.... Buenos dias para ti tambien, Manny