En memoria del líder cultural Guillermo Hernández
Admiré mucho a Guillermo Hernández cuando lo conocí en la década de 1980. Tenía dotes de orador con gran elocuencia pública aquel joven escritor cubano, y una vocación dedicada a la cultura y a la causa de Cuba. Su principal aporte fue fundar la Casa de la Cultura Cubana en Miami.
Hernández fue uno de los protagonistas del éxodo del Mariel, había nacido en Las Villas en enero de 1959, donde vivió hasta 1980, y falleció en Miami en 1988. Ese mismo año, y poco antes de morir, fue a dar su testimonio sobre los derechos humanos a las Naciones Unidas, en Ginebra. El viernes antepasado, los escritores Matías Montes Huidobro y Yara González Montes, editores de Memorias de un joven que nació en enero (Editorial Persona, 1991), una antología de textos de Hernández con documentos de su vida, organizaron una velada en su honor en Zu Galería Fine Arts, auspiciada por su director Manny López. En la misma participaron amigos de Hernández que dejaron constancia de su personalidad carismática y de la secuela de persecuciones y abusos que sufrió al salir de Cuba con los actos de repudio en su contra.
Yara González Montes evocó la figura de Hernández en el
Malecón, que percibía como las rejas de una cárcel. En el papel de Hernández, Wilfredo Ramos, Francisco Porrata, Luis de la Paz y Orlando Varona dramatizaron documentos que él redactara. Elsa Negrín y Francisco Porrata hicieron referencia a su amistad con Hernández. Lesbia Varona, bibliógrafa de la Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami, presentó sus declaraciones en la película Nadie escuchaba. También se leyeron sus poemas por un grupo de asistentes. El acto concluyó con la lectura por Montes Huidobro de textos de Reinaldo Arenas, quien también fue gran amigo del villaclareño.
Uno de los fragmentos de las obras del desaparecido líder cultural fue el leído por González Montes: ``Yo soy Guillermo Hernández. Yo no fui en Cuba un preso político. Pero sí fui prisionero de la cárcel que es toda la isla de Cuba. Nunca estás más preso que cuando sabes que no se puede salir. No hay cárcel más perfecta que una isla. Y no hay reja más apropiada que una cárcel que el mar. El Malecón de La Habana es esa reja que nos impide salir''. Otro fragmento leído por De la Paz, fue sobre los actos de repudio: ``La turba, armada de cabillas, hierros y machetes, comenzó de inmediato a tratar de derribar las puertas y ventanas para entrar en la casa, e intentar asesinarme a mí y a mis familiares más cercanos''. Y Orlando Varona leyó un poema del que damos un fragmento de mucha actualidad titulado Sobre tu cabeza: ``Sobre tu cabeza/ volarán palomas transformadas en escarabajos/ el día del acontecimiento/ que esperamos./ Ya no podrás volver/ con tus palabras vacías./ Ya no habrá plazas/ que acunen tus discursos./ Los traidores/ te darán ese último adiós/ que nosotros te negamos/ y te irás envuelto/ en tu manto de odio''.
olconnor@bellsouth.net
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