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Welcome to my blog! Sometimes, I write in Spanish, others in English, but basically this is my daily diary of sorts. Los invito a mi blog, que es como un diário de mis eventos y escritos que a veces son en español, y a veces en inglés...

Saturday, December 31, 2011

“Yo, el aquero aquel”, buena justificación para teorizar. Reseña de Ena Columbié en El Exégeta

Foto de Lapitu

La poesía es un vínculo con el distanciamiento, una acumulación de necesidades contenidas y soledades. Debido a ello su esencia es la exploración para el ajuste espiritual de todos los problemas del ser, la búsqueda del alivio que repare ese mundo interior desordenado donde se desenvuelve la condición humana. La poesía es también y sobre todo, la capacidad de inventar una realidad que se acomode o sustituya a la realidad adversa. Esa realidad creada es la que necesita ser comprendida, sin embargo, aunque parezca increíble, es la parte más difícil. Una buena cantidad de los estudiosos de la literatura, investigadores y críticos creen tener siempre la verdad absoluta, sólo porque andan armados con el enchape de la academia, sin percatarse siquiera, que en la esencia y limites de la poesía, el intimismo es tan personal y único que puede conducir a infinidad de interpretaciones posible, y tal vez, ni una de ellas sea la razón verdadera de inspiración del poeta. Fusión de ver y creer. En la conjunción de estas dos palabras está el secreto de la poesía y el de sus testimonios: aquello que nos muestra el poema no lo vemos con nuestros ojos de carne sino con los del espíritu.1


Entonces queridos amigos, lo primero que debemos hacer antes de proponernos escribir sobre un autor, es adentrarnos en su mundo espiritual; tratar de comprender ese mundo e identificar en él las razones íntimas de su poesía. Hay que conocer mucho a un poeta y a su obra para atreverse a hablar con seriedad al respecto. A ese ejercicio se le llama investigación, una rama científica dentro de la literatura, que el apresurado mundo y la inmediatez del Internet, le ha convertido en un oficio raro, retrógrado y antiguo.

El nuevo grupo de poetas que debiera integrar la generación de este milenio, está irremediablemente regido por el tropel cibernético del que hablo. Si bien la cibernética ha dado luz al mundo de la información, también ha facilitado la entrada a otros males como la ligereza ––interpretada en el sentido de pereza––. No podemos soslayar el hecho de que estos jóvenes han nacido en esta era de la automatización y están acostumbrados a lo inmediato; pero eso no invalida el hecho de que encontremos en algunos de ellos el destello esencial que los hace únicos, de la misma forma que se encuentran en una mina carbón y diamantes.

Esos muchachos de hoy, acompañan la inmediatez con la ruptura de los cánones establecidos por la academia y las convenciones, en su poesía suelen borrarse los deslindes entre los diferentes géneros, yuxtaponiendo técnicas no solo poéticas sino también narrativas, como en una rebelión a las formas tradicionales. Con un enunciado directo, llano y arriesgado ––acorde con su propia cultura–– se lanzan a la construcción del verso con la ambición de llegar al mayor número de lectores posibles, escriben y publican como si en ello se les fuera la vida. Tratan de atrapar al lector sin miramiento, usando códigos del habla cotidiana que saben puede impactar en el público, incorporándole a ese lenguaje su discurso poético. Otras de las características que los unifican como grupo son la transgresión, la falta de puntuación, el descuido de las normas ortográficas y la iconoclastia. Pero dejémonos de cuentos, un poco de todo eso hubo también entre nosotros los menos jóvenes, y qué decir de otros géneros poéticos, como el Rap y el Hip Hop, que aunque posee un tipo de poesía digamos “marginal”, también pueden encontrase cantantes de la talla de Doppel-U que fundamenta su lírica con poemas de Schiller y Goethe, un modo tan suigéneris de hacer que terminó atrapando a una multitud donde se encuentran grandes conocedores de las letras. Pero los jóvenes de ahora, también están más abiertos a todo tipo de temáticas, y las tratan con naturalidad, muchas de las cuales hasta hace poco tiempo eran consideradas tabúes. Lo que sí es criticable, y lo repito para tratar de hacer conciencia, es la necesidad precipitada y obsesiva de comunión con el público sin un trabajo exhaustivo de limpieza, lo que se llama terminado, dándole prioridad a lo que dicen, y no a cómo lo dicen.

A los poetas de las generaciones anteriores a la de López, sobre todo a los cubanos que hemos dependido de las editoriales oficialistas para publicar, nos ha costado ––a los más afortunados–– muchos años lograr ver la obra en letras de imprenta, otros murieron sin la oportunidad. Tal vez esa misma razón es la que nos ha llevado a ser cautelosos a la hora de publicar, guardar nuestras creaciones “dejarlas reposar” como nos enseñaron; para luego retomarlas y comenzar con el degüello. Regino Boti dejó dicho en su valiosísimo “Yoísmo” Yo, opuesto al pensar de Juan de Dios Peza, estimo que el poeta debe tener valor para decapitar […] sus versos de alborada. 2 Pero desgraciadamente esa teoría parece ser un vicio antiguo, y no surte efecto en un mundo tan dinámico como el nuestro, donde vemos que mucha poesía inunda las páginas Webs, los blogs y las revistas cibernéticas. Sabemos que la esencia está allí, pero que necesita trabajo de limpieza y reposo.

El libro más reciente de este grupo del que hablo es: Yo, el arquero aquel Editorial Velámenes (2011) primer título de Manuel A. López. Este promotor cultural y galerista, y ahora poeta, encontró su beta intelectual ––mejor dicho su seguridad intelectual, porque me confesó que garabateaba versos desde muy joven–– después de recibir el taller de formación de escritores impartido por la entrañable Elena Tamargo en la galería de arte que él había dirigido y fundado desde cinco años antes. ZU–Gallery. Hasta ese momento Manny López se había movido en el ámbito intelectual de Miami como coleccionista y promotor de arte. La creación de la galería Zu, fue un acierto y un oasis, ya que se convirtió en el centro de reunión y descarga de intelectuales y artistas más importante de Miami, donde la mayoría tuvimos la primera oportunidad de mostrar nuestra obra al llegar a la ciudad. La altura académica de Elena inyectó de confianza al conjunto de alumnos que la siguió, muchos de los cuales, luego se atrevieron a adentrarse en el mundo poético con más soltura. Manny es uno de ellos

Fue el empeño de Elena presentar personalmente al público la obra que había editado, Yo el arquero aquel, todos sabemos de su larga enfermedad, de hecho, aquel día de la presentación del libro de Manny, fue su última aparición oficial. Pienso que esta es una de las razones de que el libro se presentara con cierto apuro y una salida más bien íntima y un tanto silenciosa; pero eso no salva de las responsabilidades de que el poemario pudo haber tenido un mejor trabajo de acabado total. No obstante vayamos al meollo, a la poesía que es lo que más me importa en este caso.


Si desmontamos el libro veremos como dije, que su peor enemigo está en la premura, pero lo que hay es que ir a lo profundo para encontrar allí su riqueza, que no es poca. Comienza el libro con un verso breve, que desde ya nos está mostrando la virtud nada fácil del poeta para concretar una imagen.

Busco sonetos perdidos
Perdidos…
en la niebla de mis ojos
que ya no distinguen los rostros
y sólo por el olor de sus letras
llego a su puerta.

Erróneamente hay quienes consideran sencillos los poemas cortos, pero no se refieren a la sencillez que encierra la forma breve, sino que le restan importancia, sin reparar en que puede resultar mucho más engorroso capturar una imagen en unos pocos versos, que en un espacio extenso donde se puedan regodear las palabras. Personalmente pienso que los pequeños versos requieren más atención, porque debe encontrarse el modo correcto de hablar de un mundo en un espacio breve. Hay otro de los poemas que en su primera estrofa recoge una lección enorme y profunda…

Las tablas que llegan
alertas que Dios manda
dices que siempre funcionan.

El mensaje del poeta es contundente, de una resolución perfecta, como en este otro:

Pisoteé la tierra
negra y arisca
llena de raíces
que no permitían
tu inclusión
a sus predios de paz
y muerte.

López crea imágenes visuales, y funde el género narrativo con la poesía, algo de mucho uso en nuestros días, veámoslo en este poema que narra el desprendimiento de una pesada carga, y la entrada a un universo nuevo:
……………………….
Encontré un solo testigo
que vestía de rojo
reconocí su escondite
en aquel portal
que me recordó otros tiempos.
Al final estaba en el paraíso
un muro anónimo
que me cobijó con la brisa
de un mar lleno
de yerbas que se alzan
gritando que también
les pertenecía.
Cerré los ojos entregándome
sin resistencia
y quise no despertar jamás.

Claro que podría “tallerearse”, modificar la forma de partir los versos, sustituir algunas palabras por un par de sinónimos más poéticos; pero ese sería otro poema, y de otro poeta. Lo que Manuel está diciendo, es justamente lo que quiere decir y definitivamente llega. Hay que aplaudir los riesgos que se toma el autor con su poética, su ruptura con la estética anterior de la que incluso también está influenciado, y a la que se revela con cierto temor pero con resolución:

Soy el arquero
que se resguarda
de los cientos de flechas
que a diario le lanzan.

De camino al trabajo
una mujer enfurecida
gritó improperios
a mi lentitud en el semáforo.

the flavor of the month
exigió una disculpa
por haberle asignado
un asiento indeseable.

Regreso a casa ilusionado
vuelvo a mi escondite
aquí las flechas
son manipuladas por mí.

Se sabe víctima de la dura crítica pero quiere enfrentarla, lo mismo que hacen sus compañeros de generación, imponer intensidad al decir, y me parece bien, cada grupo trata de imponer sus propias normas a lo largo de la historia. Ya llegará el día en que otros poetas diferentes les sustituyan en la novedad, entonces, habrá llegado el momento del reposo y de la madures, de poner atención en los pequeños detalles que arman un gran poema, a las afectaciones que en nada contribuyen a la poesía, y buscarán su formula precisa, para seguir tratando de hacerlo sin parecérsenos, pero bebiendo de la tradición, acción irremediable a la que llegamos todos. Es su hora de ser diferentes, son jóvenes y tienen toda la voluntad y la fuerza, y eso debe respetárseles. Recordemos cuando también pedíamos respeto a nuestros versos primigenios, a nuestras normas, muchas de las cuales, las más revolucionarias perviven en ellos. Manny López está hoy en el tiro al blanco, como lo estuvieron otros antes, como lo volverá a estar otros y él mismo, porque la realidad es que su poesía no nos deja indiferentes y no me caben dudas es que a este arquero le pertenecen muchas dianas.

Para terminar les transcribo una nota que apareció como respuesta a una acalorada discusión cibernética motivada por unos poemas expuestos en un blog de un poeta joven. Esta es la voz popular, por la que se rigen los poetas de hoy. Están claros sus postulados así que sobran las palabras…

A mí lo que me gusta es resbalar por las palabras, desconozco a propósito leyes y construcciones, me da lo mismo una rima que una cacofonía, un adjetivo innecesario o que solo tiene una fonética seductora... siempre que pueda resbalar cadenciosamente, leer como en [braile], sintiendo al tacto las palabras. Eso dicho, la lectura, como muchas otras cosas, es cuestión de dejarse atravesar por el rayo en el medio de la tormena.3

Notas
1- Octavio Paz, La Llama doble: amor y erotismo, Galaxia Gutemberg, Barcelona, 1987, p. 11.
2-Regino E. Boti: “Yoísmo” en Poesía, p.20. Edit. Arte y Literatura, La Habana, 1977
3- cibernauta anónimo



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