Un poema de Osvaldo Navarro

Nadie venga a pedirme

Que me olvidé de todo cuanto hice,

que soy culpable de lo que intenté,

que nadie me ofendió, que a nadie amé,

digo y la misma vida me desdice.

Nadie venga a pedirme que matice:

conozco al hombre y no le tengo fe.

Nietzshe no me ha enseñado lo que sé.

He aprendido la vida como quise.

Nadie venga a pedirme que revise

la memoria del otro que olvidé.

Éste que soy no vuelve a lo que fue

aunque el otro reclama y me maldice.

Preciso es que lo aclare y lo precise:

éste que poco sabe y menos cree

acaba de nacer, nada posee,

sino el vocablo amor, que apenas dice.

Osvaldo Navarro

(Tomado del libro Horror al vacío publicado por Ediciones Iduna)