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Welcome to my blog! Sometimes, I write in Spanish, others in English, but basically this is my daily diary of sorts. Los invito a mi blog, que es como un diário de mis eventos y escritos que a veces son en español, y a veces en inglés...

Monday, August 23, 2010

Rolando Hinojosa-Smith: ``La lealtad al idioma significa la lealtad a la cultura'' por Elena Tamargo para El Nuevo Herald


Rolando Hinojosa-Smith: ``La lealtad al idioma significa la lealtad a la cultura''
By ELENA TAMARGO
Especial/El Nuevo Herald

El Dr. Rolando Hinojosa-Smith, (Mercedes, Texas, 21 de enero de 1929) profesor en el departamento de inglés de la Universidad de Texas en Austin, es norteamericano de nacimiento e hijo de madre anglo-americana y padre mexicano. Su obra literaria lo ha llevado a ser uno de los más importantes escritores de la literatura chicana y el primer escritor chicano candidato de la Academia Norteamericana de la Lengua Española a la próxima edición del prestigioso Premio Cervantes.

Cuando los lectores se enfrentan a su obra no deja de resultarles llamativo que siendo norteamericano se haya convertido usted en un pilar de la literatura chicana, que se expresa en español. ¿En qué idioma le habla su pensamiento?

En casa hablábamos y leíamos en ambos idiomas. Mi padre es descendiente de los españoles que colonizaron lo que es ahora el sur de Texas. Aparecen cinco Hinojosa en el censo de l750 y, según dos tesis que forman parte de la colección Benson en la universidad de Texas-Austin, nosotros somos descendientes de José María Hinojosa.

El español que allí se habla es el actual y también se usan voces de los siglos XVI, XVII. Mi madre era anglo-americana y se defendía en ambos idiomas. Con ese fondo cultural, asistí de niño a una escuela en mi pueblo natal, Mercedes, Texas. Estaba dirigida por un profesor mexicano, quien también reforzó el uso del idioma español.

Pienso y escribo, pues, en ambos idiomas. Las dos primeras novelas, Estampas del Valle y otras obras y Klail City y sus alrededores, lo mismo que Mi querido Rafa, fueron publicadas en español y luego en inglés. En el caso de Becky and Her Friends lo hice a la inversa. Korean Love Songs, una novela en verso narrativo, surgió como resultado de mi servicio militar. Esa vida fue vivida totalmente en inglés y no pienso traducirla. Tampoco pienso traducir We Happy Few, novela que toma lugar en una universidad pequeña y de segundo rango. Ocupadísimo en asuntos universitarios, la traducción de Claros varones de Belken, fue hecha por otra persona. A veces las novelas me salen en un idioma y a veces, en el otro.

Los escritores encuentran su camino vapuleados por influencias literarias y en el arraigo a contextos, que son el reflejo de la realidad que predomina en sus almas. ¿Podría explicarnos qué literatura ha prendido con más vigor en su interior y cuáles son los contextos que realmente sostienen sus ideas?

¡Vapuleados! Me gusta y estoy de acuerdo. Los que me influyeron en mi juventud quizás los haya olvidado; pero, seguramente, siguen influyendo de una manera u otra. Lecturas de trabajos en inglés y novelas mexicanas. Además, mis padres me compraban obras europeas traducidas al español.

Provengo de una familia de lectores. Mis padres se leían el uno al otro. También tenía el ejemplo de mis hermanos, porque en aquella casa se leía. En la secundaria de Mercedes, la biblioteca escolar guarda cinco cuentos y ensayos que escribí durante mi adolescencia. Como pasaba parte de mis veranos en el villorrio de Arteaga, Coahuila, a los 16 años escribí un cuento en español sobre la muerte de dos campesinos mientras trataban de evadir la leva durante la Revolución de 1910.

Durante mis primeros estudios universitarios, la mayor parte de mis lecturas eran de la literatura española. Mi madre me regaló 100 dólares al recibir el primer diploma universitario; ella, mi hermana y yo, cruzamos el río y formé mi propia biblioteca gracias a Espasa-Calpe. Para no alargar el cuento, mi tesis doctoral fue sobre Benito Pérez Galdós. Ensanché mis conocimientos literarios con la literatura europea, incluida la inglesa, así como con la norteamericana y pude admirar a novelistas como Steinbeck y Faulkner.

También fui obrero de una planta química, en una fábrica de ropa, profesor de secundaria, funcionario federal público y todas esas vidas también contribuyeron a mi formación como escritor. Me sería imposible nombrar a quienes influyeron en mí, pero me interesa aclarar que debo agradecerles a cientos de escritores de todas las culturas.

Jorge Luis Borges en su discurso al recibir, precisamente, el Premio Cervantes, afirmó que lo que un hombre puede hacer no es nada, que simplemente podría modificar muy levemente la tradición, y aclaró que el lenguaje es nuestra tradición. ¿De qué tradición se siente usted heredero?

Como se aprecia, debo hablar de tradiciones. Ambos idiomas y sus literaturas me formaron e informaron y siguen influyendo en lo que escribo. Hay que darle la razón a Borges no porque sea Borges sino porque tiene razón. El también es producto de varias tradiciones y sabe de lo que habla.

La manutención del español en Estados Unidos, mi país, que es más bien monolingüe, ha sido costosa para mucha gente de habla hispana.

Las literaturas suelen surgir de lo nacional. En cambio, la chicana es una suerte de parto, de criatura con madre nativa y padre extranjero o viceversa. ¿Sería correcto expresar que es una literatura mestiza?

Nuestra literatura es como las literaturas afro-americana, asiático-americana y otras en que forman parte de la literatura nacional. Nada nuevo. He aquí un ejemplo: Ole Edvart Rolvaag escribió en noruego y en inglés sobre los noruegos que radicaban en South Dakota. Bien puede llamársele literatura mestiza; pero lo mío y lo de otros escritores que conozco es presentar la vida vista por nosotros. Es decir, es literatura norteamericana porque abarca Norteamérica, pero la sociedad que presentamos principalmente es la
hispana.

No es incierto que el español sea la segunda lengua de Estados Unidos. Al margen de la literatura o, por qué no, tomándola en cuenta, ¿cuál cree que será el futuro de esa lengua en Norteamérica?

Sí, el español es el segundo idioma dada la cantidad de hispanoparlantes en los Estados Unidos. No creo que la mayoría lo escriba o lo lea, pero sí, definitivamente, lo habla.

Existen periódicos en español y se leen, pero la lectura ya no es lo que fue. Los escritores jóvenes escriben en inglés, ya porque ese es el mercado o porque escribir en español se les hace difícil. Aquí, en gran parte, y hablo de los chicanos que llevan no menos de dos siglos en este país, la gente se ha ido desculturizando y asimilando a través de los años.

Tomo el censo en varias de las clases que imparto para saber cómo se autodefinen los mexicano-americanos y también si se definen en español. Los urbanos son los primeros en perder o en no aprender el español. Sus padres les hablan en inglés e insisten en que lo adopten. Los estudiantes que viven en pueblos chicos retienen, por lo general, el lenguaje oral.

Los que seguimos escribiendo en español, entre los chicanos, somos pocos: Miguel Méndez en Arizona y Alejandro Morales en California, que ahora se dedica a escribir en inglés. ¿Yo? Yo sigo la trayectoria de escribir y publicar en ambos idiomas sabiendo bien que los que me van a leer serán estudiantes universitarios y que éstos serán contados.

Bien fuera que expresara opiniones, pero lo que expongo son hechos. Las opiniones cambian, mientras que los hechos, como escribió Eustace Budgell, perduran. La lealtad al idioma significa la lealtad a la cultura. De mi parte, abogo por la retención del español e inculco que el inglés no es solamente importante sino también esencial, ya que ambos son idiomas mundiales.

Según Mijail Bajtín, el prosista puede distanciarse del lenguaje de su propia obra, pero el poeta ve, piensa y comprende todo por los ojos de un idioma dado, en sus formas internas, y no hay nada que exija, para su expresión, la ayuda de otra lengua ¿Cuál es su lengua extranjera?

Lo que muchos no entienden es que no se trata de ser bilingüe solamente o de dominar el idioma extranjero o secundario, se trata de ser bilingüe y bicultural.

Tengo dos ventajas: traduzco la novela y la vierto ya sea en inglés o en español. No se trata de un don, es más bien el resultado de vivir en ambas culturas. He tenido la ventaja de haber nacido donde nací, de estudiar, escuchar a la gente y su modo de expresarse, y, como todo escritor, de leer. Por consiguiente puedo decir que no considero tener un idioma extranjero.


Foto tomada del internet

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