La madrastra
Por todo el ancho mar despedazado
por donde a veces pasa un marinero
he visto a la madrastra que más quiero
llegar de su palacio desolado.
Luce un vestido añejo mi madrastra
y me ha citado aquí porque desea
que yo bese su rostro de Medea
y conmute el pasado que nos lastra,
a que escuche su canto de Pinocho
otra vez, como aquella primavera
que al muñequito tierno de madera
lo dejaron más triste y menos tocho.
Esta mujer me tiene confundido,
siempre vence las rutas del olvido.
Pedro A. Assef.
Charlotte, Carolina del Norte.
1 comment:
muy buena poesía, fluye..gracias
Post a Comment