Para que la muerte no te toque
A la dulce Elena en su tránsito
Para que la muerte no te toque
con su lapis lazulí
hemos preparado los instrumentos de alabanza,
el salterio, el arpa, los címbalos,
y añadido el clavicordio y el trombón,
pero la trompeta se la dejamos
a Dios.
Sólo él puede rugir desde lo alto del monte
y apedrear con su voz a los cernícaros,
y trozar las espadas del Maligno
para que no desollen tu cuerpo,
ni hagan pasto de tus ojos.
El veneno ha sido puesto a buen recaudo
al igual que los enseres del doctor.
Sométete, dulce presencia,
a sus designios,
y dibujemos, para protegerte, el círculo de fuego
donde yazgas como piedra preciosa
escondida en el polvo.
Agarrados de las manos,
--árbol de mil ramas--,
entonemos cantos de alabanza a Dios,
por habernos regalado tu presencia,
por compartir con nosotros los días y las noches
del exilio, sus nardos, sus tiernas azucenas,
la fina capa de hielo conque amuralla la ciudad
para que no escapes todavía.
Belkis Cuza Malé
Julio 27, 2011
(Del libro inédito Los Salmos de la Reina de Saba)
4 comments:
Gracias, mi querido Manny, por tu gentileza de publicar mi poema a Elena en tu blog. Hoy más que nunca la recordaremos, porque hay que darle gracias a Dios porque estuvo entre nosotros, porque continuará estándolo para siempre, en nuestrros corazones y en la literatura cubana de todos los tiempos. Un beso y qué tengan un apacible Día de Acción de Gracias. Muchas bendiciones
He hecho un link a
www.lacasazulcubana.blogspot.com
Gracias y de nuevo muchas bendiciones
Gracias, Belkita, un poema hermoso, sentido, sinero, merecido.
Félix Luis Viera
Muy bello y muy triste. Alberto Lauro
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